Según los estudios preliminares y las orientaciones del comité técnico ISO/TC 176, se esperan varios cambios significativos:
Riesgos y oportunidades diferenciados: para mejorar la planificación estratégica (capítulo 6).
Consideraciones climáticas: se reforzará la consideración del clima, ya iniciada por la enmienda A1 de 2024.
Cultura de calidad y ética: énfasis en la gobernanza, la transparencia y la responsabilidad social.
Experiencia del cliente: una mejor integración de la satisfacción y la fidelización del cliente en la evaluación del rendimiento (capítulo 9).
Tecnologías emergentes: consideración de los efectos de la IA, la automatización y la digitalización en los procesos de calidad.
Resiliencia organizativa: necesidad de identificar y prever las perturbaciones que pueden afectar a la continuidad de las actividades.
Estos cambios forman parte de un proceso de adaptación gradual, al tiempo que se preservan los principios fundamentales de la norma: propósito, ámbito de aplicación, ciclo PDCA y enfoque basado en el riesgo.
